Mostrando entradas con la etiqueta violencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta violencia. Mostrar todas las entradas

MANIFESTACIONES CLÍNICAS DEL TOC

El contenido de las obsesiones en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) son pensamientos, imágenes o impulsos que son personalmente inaceptables, pudiendo ser muy variados. Cuanto más inaceptables e intrusivos sean, producirán mayor ansiedad, y el sujeto se verá urgido a llevar a cabo los rituales compulsivos que disminuirán momentáneamente la ansiedad, o que en caso de no hacerlo percibiría que se encontraría peor. Algunas de las obsesiones más comunes son:


IDEAS DE CONTAMINACIÓN


Pensamientos de sufrir daños o contagiar a otros por contacto con sustancias que pueden ser peligrosas: suciedad, gérmenes, sangre, radiación, venenos, personas enfermas, cristales rotos, etc. La compulsión más frecuente es lavarse y ducharse muchas veces de acuerdo a un ritual, o lavar la ropa y los platos. 


En estos casos el paciente suele desarrollar conductas de evitación de entrar en contacto con objetos contaminados o que puedan trasmitir la contaminación. En algunos casos la conducta es llevar guantes, abrir puertas o dar la luz con el codo o evitar el contacto corporal con otras personas. 

La incapacitación de estos pacientes puede llegar a ser extrema, ya que el tiempo que dedican a los rituales y conductas de evitación pueden impedir realizar el trabajo y las actividades sociales habituales.

REASEGURACIÓN


Consultar a un médico o alguien que le diga que tiene mala cara o comprobarlo por si mismo.

VIOLENCIA FÍSICA


Hacia sí mismo o hacia los demás. Por ejemplo pensar en matar a otro con un cuchillo, sentir el impulso de empujar a alguien frente a una ventana, etc. En este caso las conductas compulsivas pueden consistir en buscar reaseguración, comprobar que no ha producido ningún daño, etc. Las conductas de evitación pueden implicar evitar estar solo con las personas a las que se piensa que se puede herir, no tener cuchillos de metal, etc.

DAÑOS ACCIDENTALES


Tanto por contagio como por violencia. Por ejemplo, miedo a que se produzca una explosión de gas, producir un accidente de tráfico, dejar la puerta de casa abierta con la posibilidad de un robo, etc. En este caso las compulsiones pueden ser de comprobación: examinando puertas, llaves del gas y luz, repetir el recorrido con el coche, etc.

ASPECTOS RELIGIOSOS


Como pensamientos blasfemos, dudas religiosas, etc, con conductas compulsivas como rezar, confesarse, hacer penitencia etc, o también 

PREOCUPACIONES SEXUALES 


(cometeré una violación, haré exhibicionismo) con conductas compulsivas que pueden consistir en concentrarse en pensamientos alternativos y evitación de personas del sexo opuesto, etc.


PENSAMIENTOS SOBRE LA MUERTE DE ALGUIEN


Con conductas compulsivas que implican formarse la imagen de las mismas personas vivas.

ORDEN


Incluye la colocación de objetos en un lugar concreto, hacer las cosas en un determinado orden de acuerdo a una secuencia o número específico de repeticiones.

TONADILLAS MUSICALES


Que se quedan pegadizas, palabras o imágenes de escenas que el sujeto no puede apartar de su mente. También puede pensar que el sujeto se sienta compelido a contar cosas. Los rituales de repetición de un cierto número de veces son especialmente frecuentes en las personas con obsesión de lavado o repetición.


ACUMULACIÓN


Las personas temen tirar cualquier cosa por si fuera valiosa y pueden comprobar durante horas antes de desechar cualquier cosa, acumulando una extraña colección de objetos inútiles, de forma que en ocasiones no se pueden mover en su propia casa a causa del número de objetos acumulados (síndrome de Diógenes).

LENTITUD COMPULSIVA


Es un trastorno especialmente problemático. En este caso las actividades rutinarias normales, como levantarse de la cama, cepillarse los dientes, vestirse o bañarse pueden llevar horas, debido a la necesidad de comprobaciones mentales o por seguir una rutina programada. Afecta especialmente a conductas autoiniciadas, no inducidas por estímulos externos. Cuando se les da órdenes y se les somete a un ritmo, no se observa enlentecimiento, incluso con órdenes grabadas desaparece la lentitud, pero los efectos no se mantienen a largo plazo, lo que hace difícil el tratamiento.